Por. Marcial Blandón
196 años de vida municipalista cumplió ayer Tuluá, efemérides que las circunstancias actuales de la pandemia generada por el Covid-19 y la macabra acción terrorista en contra de la ciudad derivada de la protesta social del Paro Nacional hicieron que no tuviera la trascendencia de antes. Son 196 años desde la primera vez que se instaló un Concejo Municipal, convirtiendo el villorrio en una ciudad pujante y de desarrollo, estratégica por su ubicación comercial en todo el Corazón del departamento.
La historia de Tuluá, permanece viva, gracias a escritores, poetas, periodista e historiadores que mantienen latente su legado, personas como el abogado Omar Franco Duque, «Guardián de la Memoria Tulueña”, el abogado y escritor Omar Ortiz, el columnista Hugo Bolívar Hinojosa, son ilustres ciudadanos consagrados en mantener y preservar nuestra cultura ante el auge del Internet, redes sociales y la virtualidad que le arrebatan a las nuevas generaciones la historia de nuestros ancestros.
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El anuncio de reconstrucción del Palacio de Justicia, por parte del alcalde John Jairo Gómez Aguirre, es la mejor noticia que pueden recibir los tulueños, después de haber sido incinerado por los terroristas que se tomaron a Tuluá, la noche del miércoles anterior. Según el mandatario se articulará todas las acciones administrativas con el Consejo Superior de la Judicatura y del Ministerio de Justicia, para emprender las labores que permitan recuperar la joya arquitectónica.
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Uno de los puntos que permaneció bloqueado desde el 28 de Abril, día en que se inició el paro nacional es de la intersección de la Y, sobre la doble calzada que da ingreso al municipio de Bugalagrande y comunica con la localidad de Andalucía. Después del anuncio presidencial de militarizar la zona para recuperar el corredor vial, el alcalde de Bugalagrande médico Julio César Rojas Trujillo, emprendió una no fácil tarea de concertación para que los manifestantes despejaran la vía de manera voluntaria.
Después de ingentes esfuerzos por parte del alcalde Julio Rojas, en concertación con los líderes de la protesta, el apoyo de la Fuerza Pública, y de organismos de derechos humanos, logró desbloquear la importante arteria vial y despejarla para ponerla al servicio de la comunidad. El poder del diálogo y la persuasión le merecieron elogios al alcalde de los Bugalagrandeños.
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Mediante oficio No. 100-47-135 del 27 de Mayo de 2021, el presidente del Concejo Municipal Diego Fernando Suaza Otalvaro, le solicita al Consejo Nacional Electoral CNE, se informe a qué partido o movimiento le corresponde la curul que deja vacante el concejal Jorge Castaño (q.d.e.p.) y cuál es el ciudadano llamado a ocupar el escaño. Como seguramente la respuesta se va a tardar unos días, mañana que se instala el segundo período de sesiones ordinarias de la Corporación, a su curul retornará el corporado conservador Carlos Arturo Londoño Marín, después de una larga ausencia y una silla continuará vacía mientras se pronuncia el CNE.
El dilema debe ser resuelto prontamente, además para que marque un derrotero en el País, porque al parecer es el primer caso que se da por fallecimiento de la persona que adquiere el derecho al ser el segundo de quien resulte ganador en la respectiva entidad territorial, desde que se estrenó el Acto Legislativo, o no han aceptado o renuncian después de posesionarse. Lo de Tuluá, es atípico porque surge a raíz del fallecimiento del candidato que acepta ser Concejal. Se debe dirimir si se aplica la cifra repartidora en favor del partido que alcanzó la casilla No. 17, o se respeta la conformación de la lista del partido que se declara en oposición. Cada interesado hace sus cábalas, por su lado Alexander Agudelo, incluso si no se encuentra inhabilitado por ser el Secretario General de la Corporación; Antonio Galvis, que revive su ilusión de ser Concejal nuevamente y Jaime Torres, que según sus cuentas está por encima de Alexander Agudelo, con un voto de más y que posiblemente esté incurso en el régimen de inhabilidades si el concepto del CNE favorece a la Alianza Social Independiente. ASI.
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Muy rara vez el anuncio de un compromiso sentimental genera tantas reacciones favorables y comentarios positivos como el que hizo el arquitecto Rodolfo Ramírez Álvarez, el cual le mereció una lluvia de elogios en sus redes sociales. El anuncio inmediatamente fue relacionado con su aspiración de convertirse en el sucesor del alcalde John Jairo Gómez Aguirre, el cual demuestra el inmenso afecto que en la comunidad tulueña cuenta el ex-gerente de Infituluá. El reconocimiento no es en vano, Rodolfo Ramírez, fue baluarte en el modelo de gobierno que durante su mandato le imprimió a Tuluá el ex-alcalde Gustavo Vélez, sonó como su fuerte sucesor, tanto así que en el tiempo establecido por la Ley se separó del cargo de Gerente del Instituto para que no existiera ninguna inhabilidad; desafortunadamente la mezquindad, el «correveidile» y el canibalismo al interior del Movimiento del Cambio, le impidieron que continuará con ese modelo de gobernar a la ciudad. R.R., desde ya comienza a moldear lo que será un eventual gobierno suyo, lo primordial, que no llegará ni a improvisar ni a aprender, un mandato bajo su égida seria de progreso y de desarrollo para la ciudad.
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