Por: Marcial Blandón
En el argot de los grandes tahúres cuando el juego está en la etapa final dicen que “las cartas están echadas sobre la mesa”, en la jerga política la frase cae como anillo al dedo, en relación a la campaña presidencial que entra en la recta final. Tuluá, por naturaleza es una población donde la política se vive con intensidad; partidarios de cada aspiración hacen sus propias apuestas e incluso se atreven a vaticinar como sería el comportamiento del electorado tulueño el próximo domingo 29 de mayo.
Sin discusión alguna la organización política más visible en la Villa de Céspedes que respalda la candidatura de Federico Gutiérrez, el candidato de la Coalición Equipo por Colombia, es la del movimiento “Nueva Generación” que orienta la médica Dillian Francisca Toro Torres. Ser la directora nacional del partido de la U, le abroga una responsabilidad de liderazgo que no puede ser inferior al poder que en la última década ostenta en el Departamento.
Los respaldos de grupos políticos diferentes al movimiento “Nueva Generación”, fueron muy tibios, salvo la nutrida manifestación que presidió Fico Gutiérrez, en la alameda del río Tuluá, donde hubo expresiones y presencia de otras organizaciones; el resto de temporada electoral no tuvo la dinámica de campañas donde la logística es la que aceita la maquinaria de los directorios políticos.
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El Pacto Histórico contó con dos sedes permanentes de atención a sus seguidores: la ubicada diagonal a la sede del Cuerpo de Bomberos, bajo la dirección del dirigente Rubiel Arana y la del segundo piso de la emblemática casa de las tribunas que tuvo la coordinación del ingeniero Hugo Martínez Peláez y el abogado Germán Aldana Álzate. Diferentes actividades tuvieron como protagonistas en Tuluá, a los seguidores de Gustavo Petro.
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La más reciente vinculación se dio por parte del concejal Luis Eduardo Ayala Rengifo, del Movimiento Alternativo Indígena y Social, MAIS, quien estuvo acompañado de los dirigentes de la organización Rafael y Ligio, en acto que presidió el senador de la República Roosvelt Rodríguez. “Vamos por el cambio en primera”, es el slogan que motiva a los seguidores del Pacto Histórico para alcanzar la presidencia en la primera vuelta.
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El dirigente campesino Henry Calvo, el líder sindical Juan Lastre, por el partido “Dignidad Tuluá”, el exconcejal del partido verde Cesar Ariza y el actual cabildante de la Alianza Verde, Sandra Arrubla, se destacaron promocionando la candidatura de Sergio Fajardo, de la Coalición Centro Esperanza, que tuvo un declive en los últimos sondeos de opinión, pero que sus líderes confían en remontar en esta recta final en el día de la verdadera encuesta.
El pastor y exárbitro del fútbol profesional colombiano Marcos Urrutia, es el dirigente más notorio en la Coalición de la Esperanza que respalda esa fórmula en la línea de Luis Gilberto Murillo Urrutia, no solo por su parentesco con el aspirante a la vicepresidencia de Colombia, sino el apoyo que pueda recibir de orden nacional en su eventual candidatura a la alcaldía de Tuluá. Marcos Urrutia, ha estado acompañado de manera permanente de Clímaco Montaño, quien se le ha visto en apoyos públicos con Francia Márquez, la vicepresidente del Pacto Histórico. ¿Dónde irá a parar ese votico?
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El candidato de la Liga Anticorrupción Rodolfo Hernández, ha basado su candidatura presidencial en las redes sociales, alejada de la clase política tradicional; mantiene un contacto permanente con sus seguidores a través de la virtualidad. Su repunte en los últimos sondeos de opinión lo ubican disputándole el segundo lugar a Federico Gutiérrez, incluso lo dan como el único candidato que puede derrotar en la segunda vuelta a Gustavo Petro.
El santandereano Rodolfo Hernández, cuenta en la Villa de Céspedes, en su aspiración presidencial con el respaldo del Ingeniero Héctor Ramírez Bustamante, un exitoso comerciante en suministros en energía solar e iluminación y sistemas hidráulicos y la del empresario Juan Camilo Vélez Londoño. La de Rodolfo Hernández, puede ser la sorpresa electoral del próximo domingo no solo en Tuluá, sino en todo el territorio nacional.
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El candidato a la Casa de Nariño por el partido Colombia Justa Libres, John Milton Rodríguez, cuenta en esta ciudad con la fidelidad de su militancia, de la mano del pastor y excandidato a la alcaldía Darío Gómez Mera.
Adelantaron varios encuentros donde promocionaron el programa de gobierno del líder evangélico, que no solo ha cautivado a los miembros de la Iglesia, sino a un buen número electores que encuentran en el candidato un fiel defensor de los principios morales de la sociedad colombiana.
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Enrique Gómez Martínez, el candidato de Salvación Nacional es poca la figuración que ha tenido en esta tierra. Adelantó una esporádica visita a la ciudad para promocionar su lista a la Cámara de Representantes, la que se quedó sin representación en el Congreso. Apela al voto de opinión en posturas ultraderechistas que lo tienen en un bajo porcentaje de aceptación entre los electores colombianos.
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Ingrid Betancourt y Luis Pérez, pese a que aparecerán en la tarjeta electoral del próximo domingo, mientras hicieron el ejercicio electoral contaron con escasa por no decir que ningún respaldo político en Tuluá. Ni siquiera los comunales a los que representa Ceferino Mosquera, la fórmula vicepresidencial de Luis Pérez, los motivaron a respaldar su aspiración presidencial. Seis alternativas tienen los colombianos para elegir a los nuevos huéspedes de la casa de Nariño. El voto en blanco es también una opción.
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La peor decisión que puede tomar un ciudadano es abstenerse de ir a las urnas, aunque esa decisión no se refleja en las urnas si cuenta en el porcentaje de abstencionistas que prefieren mirar para otro lado cuando se decide la suerte del País. Todos los pronósticos establecen que la presidencia se definirá el próximo domingo 19 de junio, donde a partir del lunes 30 de mayo comienza el segundo tiempo.
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