Dardos políticos en tiempo de Coronavirus

Por: Marcial Blandón

Un sector de la ciudadanía tulueña que reclama nuevamente la presencia del exalcalde Gustavo Adolfo Vélez Román, como huésped del Palacio municipal a partir del primero de enero de 2024, lo hace sobre tres pilares que fueron un éxito cuando ejerció como mandatario de la ciudad durante el cuatrienio 2016-2019: La lucha por combatir la criminalidad en cada una de sus modalidades que generaron percepción de seguridad ciudadana en la retina de la comunidad, la recuperación de espacio público y la sana convivencia sin distingo de sector residencial.

Ciertamente el manejo que la actual Administración municipal le ha dado al tema de seguridad ciudadana no es el más acertado, pese a los múltiples esfuerzos que se hacen desde el gobierno local que direcciona las políticas de seguridad, preservación de orden público e inteligencia. La precepción de los ciudadanos es que las cosas no marchan por el mejor camino. El surgimiento de carteles que afectan la dinámica comercial de la ciudad y las extorsiones están por fuera de control por parte de las autoridades competentes desde hace rato.

Lo que avanzó la administración de Gustavo Vélez, en recuperación de espacio público, se ha ido diluyendo durante el gobierno “De la gente para la gente”. La mejor excusa para el comercio informal ha sido la reactivación de la economía después de superar las inclemencias que dejó el confinamiento derivado del Covid-19. La emblemática calle Sarmiento volvió a ser ocupada por toda clase de ventas callejeras, ni que decir del bulevar de la calle 25, sin ningún control, el mismo comercio formal volvió a ocupar los andenes. Lo que pasa en el resto de la ciudad en esta materia da tristeza.

Con la misma excusa de dinamizar la economía en virtud a las restricciones del mortal virus, aparecieron en todos los sectores residenciales de la Villa de Céspedes, sin discriminación alguna licoreras, tiendas, gastrobares, bares y establecimientos de diversión donde se comercializa y consume licor, generando constante perturbación de la tranquilidad ciudadana, donde la sana convivencia es solo un recuerdo del pasado. La llamada zona rosa en el barrio Salesiano, volvió con todos sus fueros sin que haya autoridad que controle el uso de decibeles de la música que a todo volumen interrumpe la tranquilidad de sus habitantes.

“Para recuperar lo perdido”, es el sentimiento que viene motivando a un grupo importante de empresarios y comerciantes y un vasto sector de la ciudadanía tulueña que piden una eventual candidatura a la alcaldía de Gustavo Vélez, abonado a recuperar el control de orden público en la zona montañosa que se ha visto deteriorado en los dos últimos años. La presencia de la columna disidente de las Farc “Adán izquierdo” ha generado zozobra en el campesinado tulueño.

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Con la puesta en funcionamiento de la Central de Transportes, ha surgido un terminalito interno en la ciudad que se ha ubicado en la intersección de la transversal doce y la calle 27, vía que conduce al municipio de Riofrío, a la altura de la urbanización la Esperanza. Por esa vía son cientos los usuarios que requieren desplazarse a localidades como Riofrío, Trujillo, Bolívar, Roldanillo y los sectores rurales de cada localidad; para ingresar o salir deben ir hasta las instalaciones del nuevo terminal con cargo a sus precarios bolsillos con lo que cuesta el transporte urbano, en taxi o el informal que está por las nubes.

Ese incremento en los gastos de los ciudadanos que requieren viajar a estas poblaciones por la vía que conduce al municipio de Riofrío, ha generado una dinámica informal para que taxistas, el transporte informal y las mismas empresas de transporte intermunicipal ubiquen como punto de referencia este lugar para bajar o subir pasajeros. Como existe una demanda del comercio informal, las ventas de toda clase de alimentos pululan y la ocupación de espacio público cada día crece más ante la atónita mirada de las autoridades que ven como se incrementa  un terminal alterno a la Central de Transportes.

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Reapareció el exvicepresidente de la República Angelino Garzón, al lado del exsenador bugueño John Harold Suárez Vargas, en un conversatorio en Buga, donde al parecer el veterano dirigente se reencaucha, después de cumplir una misión consultar en Costa Rica, durante el gobierno del presidente Iván Duque. Sectores políticos en la ciudad señora han interpretado como un espaldarazo de Angelino Garzón, a una eventual candidatura a la alcaldía de John Harold Suárez.

Angelino Garzón, que cuenta en su hoja de vida con una amplia trayectoria en el sector público donde ha ocupado altas dignidades del Estado, atendió la invitación de John Harold Suarez, a quien dan como fijo candidato a la alcaldía de Guadalajara de Buga, en representación de un grupo significativo de ciudadanos. Angelino Garzón, oriundo del municipio de Buga, no ocultó su simpatía por una tercera candidatura de Suárez Vargas, a la alcaldía de la localidad que lo vio nacer.   

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De las pocas voces que se han alzado para rechazar la posible escisión del municipio de Buenaventura, del territorito del departamento del Valle del Cauca, para dar lugar al nuevo departamento del Litoral Pacífico, ha sido la del diputado Conservador Mario Germán Fernández de Soto. Mientras la mayoría de la dirigencia de la región guarda mutismo sobre la propuesta del gobierno nacional, el dirigente vallecaucano, dejó sentada su enérgico rechazo a la iniciativa del alto gobierno.

Muy pocas han sido las voces que se han levantado para rechazar la iniciativa del gobierno de Gustavo Petro, no solo la clase política guarda silencio cómplice con la propuesta, sino el mismo sector empresarial, gremios, gobierno regional y locales, ni siquiera los precandidatos a la gobernación se atreven a mencionarlo. Por eso posiciones como las del diputado Mario Germán Fernández de Soto, tiene gran relevancia, cuando al unísono los demás guardan en ultratumba una postura de apoyo o rechazo.   

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