Por: Marcial Blandón
Tal parece que los últimos hechos de sangre ocurridos en Tuluá, tiene con los nervios de punta tanto al Coronel Pablo Ruiz, comandante del Segundo Distrito como al Mayor Mauricio Molina, comandante de la estación de Policía, que no entregan información oficial de carácter judicial a los medios de comunicación que cubren el tema de orden público en el municipio.
La queja de algunos comunicadores es que el Distrito como la estación de Policía, se remiten al boletín oficial de la institución, pero no entregan versiones oficiales a los medios de comunicación. Con escasa excepciones Tuluá, ha sido un «quemadero» para los oficiales que están al frente del Distrito y estación de Policía, según la actitud de estos dos altos oficiales y de acuerdo a las estadísticas de criminalidad van rumbo al «asadero», las cifras desafortunadamente no los han acompañado
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Quien sí de manera permanente da la cara a los medios de comunicación es el Coronel de la Reserva Activa de la Policía Nacional Jorge Alexander Gallego Chávez, Secretario de Gobierno, Seguridad y Convivencia Ciudadana, que ha anunciado que aquellos sectores de la ciudad donde se presenta el mayor índice de criminalidad están priorizados y georeferenciados para atacar con contundencia la criminalidad que los azota.
El tráfico local de estupefacientes según Jorge Alexander Gallego, es el influenciador en la gran mayoría de actos criminales, que ha incrementado la tasa de homicidios. Las acciones de manera conjunta con toda la fuerza pública se emprenderán de forma inmediata para recuperar la tranquilidad y la seguridad ciudadana, según ha indicado el titular de gobierno.
Sectores residenciales como el comprendido entre la carrera 21 con calles 29, 30 y 31 del tradicional barrio Sajonia, reclaman la oportuna intervención de las autoridades para que se concrete un plan coordinado por la Policía Nacional y el grupo de Gestores de Convivencia Ciudadana, que permita erradicar la presencia de habitantes en condición de calle que se tomaron el lugar sin control alguno.
La intervención debe ser urgente y permanente, deberá contar con el apoyo de la Secretaria de Bienestar Social y las fundaciones que cooperan en la recuperación integral de los ciudadanos que le dieron como ruta a sus vidas el de habitar en las calles y el consumo de sustancias alucinógenas. No pueden ser intervenciones de momento, sino propender por recuperar el sector la problemática de lo contrario esta se va a extender en otros lugares del municipio.
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Con preocupación los habituales visitantes de la remodelada Plaza Cívica Batalla de Boyacá, han notado la presencia nuevamente de trabajadoras sexuales que ofrecen sus servicios en la esquina de la carrera 26 con calle 25, lugar que desde el pasado es frecuentado por personas que ofrecen su cuerpo a cambio de unos pesos.
La presencia de estas mujeres y su vestuario no pasa desapercibida, incluso se indica que muchas extranjeras ofrecen sus servicios sexuales desde un sector que esperaba la ciudadanía se erradicara esa vieja práctica, cuando las familias comienzan a disfrutar de las bondades del lugar que transformó la actual Administración municipal. Ojalá los operativos sean permanentes.
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A propósito de la Plaza Cívica Batalla de Boyacá, el samán que fue trasladado desde el corregimiento de la Marina, en una llamativa caravana, se encuentra en franco deterioro, parece que no hubo la correspondiente adaptación al nuevo lugar y al paso que va definitivamente va a quedar convertido en un «chamizo».
Para justificar la situación del samán se han escuchado voces que aseguran que el árbol fue objeto de acciones de terceros que afectó el proceso de crecimiento de la especie. ¿Será que hasta haya llega la contradicción a un gobierno? ¡Difícil de creer!