Con la entrega de insumos pretenden garantizar seguridad alimentaria en el municipio de Buga

Con una nueva entrega de insumos, esta vez en zona rural de Buga, «Por un campo más sostenible» busca garantizar la seguridad alimentaria en el Valle del Cauca, a través del apoyo a una producción campesina libre de todo químico y que las familias del campo puedan abastecerse de comida sana que también se comercialice en mercados agroecológicos. Incentivar una cadena de solidaridad con la producción de más semillas que se compartan entre los lugareños, es otra de las claves

Emilio Flórez, de la vereda El Janeiro del municipio de Guadalajara de Buga, es uno de los 30 campesinos que recibieron de manos de la CVC semillas, árboles frutales, fertilizantes orgánicos y otros insumos para construir composteras, en el marco del programa «Por un campo más sostenible». Don Emilio, con su barba blanca, siempre acompañado de su machete y su jovial cordialidad, agradeció a la Corporación, como la llama él, por este grandioso regalo para su tierra.

«Por un campo más sostenible» es una iniciativa que se desarrolla para beneficiar a 5.000 familias, creando una cadena de solidaridad mediante la siembra de alimentos bajo la agroecología. Hacer posible que renazca la economía campesina no solo con la producción, sino con el fortalecimiento de los mercados agroecológicos, todo bajo un concepto de sostenibilidad ambiental, es la gran ambición del programa.

Lilia Inés Ballesteros, campesina de la región, llegó temprano y se ubicó en una esquina del parque de la vereda La Magdalena, también en jurisdicción de la «Ciudad Señora», a esperar los camiones de la CVC que no solo llegaron cargados de insumos para producir en el campo, sino también de muchas ilusiones. «Me entregaron cinco bultos de abono, cuatro bultos de cemento, árboles de naranjo y aguacate, colinos de nacedero y plátano, y semillas de maíz y frijol. Estamos muy felices porque ya vamos a hacer la compostera y podremos manejar productos orgánicos sin químicos», dijo la mujer.

Según lo expresado por Marco Antonio Suárez, director de la CVC, el programa «inició en el año 2020, hoy ha dado un gran paso con esta entrega y a mediados de marzo estaremos terminando de beneficiar a 1.000 familias, pero al 31 de diciembre de este 2021 serán 3.000 las beneficiadas con esta iniciativa, donde decidimos unir el cultivo de alimentos de manera agroecológica, libre de químicos, con la protección de nuestros recursos naturales».

A parte de semillas, frutales y otros vegetales, se han entregado estacas para forraje y materiales para construir infraestructuras como composteras. El radio de acción quiere llegar a gran parte de las zonas rurales y dispersas del departamento, bastantes afectadas por la crisis económica que surgió por la pandemia de la covid-19, que se sumó a la crisis que el campo carga desde hace algunos años. De ahí el llamado de Emilio no solo al director de la CVC, sino a todas las autoridades, para que no bajen la guardia con el campesinado y lo sigan contando como un gran aliado para la preservación de nuestro medio ambiente. «Esperamos que vuelvan, no nos olviden», dijo el experimentado labriego.

«Esta es la unión del ambiente con lo social: capacitamos a los campesinos en producción más limpia, es decir, cero químicos en el campo, les vamos a ayudar a comercializar sus productos, garantizar su seguridad alimentaria y muy importante, se crea una cadena de solidaridad entregando semillas a otra familia campesina que lo necesite», puntualizó el director de la CVC.

Al año 2023, serán 5 mil las familias beneficiadas en el Valle del Cauca bajo acciones concretas y una gran esperanza de porvenir para el campesino, bajo esta iniciativa que ya está siendo replicada por otras corporaciones ambientales del país.