En pequeños grupos y gritando consignas, se desplazaron por la calle 25, en el occidente de Tuluá, sindicalistas, estudiantes, transportadores, amas de casas y desempleados para rechazar el proyecto de Reforma Tributaria que el presidente Iván Duque presentó al Congreso de la República.
Los marchantes, en su gran mayoría luciendo camisas blancas y llevando en alto carteleras, se unieron con los integrantes del sindicato de los trabajadores de la educación, Sutev. Luego, llegaron los estudiantes de las universidades y el Sena y avanzaron por la Transversal Doce, en medio de pitos, aplausos, consignas y cantos. Un ataúd, que fue empujado por un largo trayecto, también test el pensamiento de los protestantes. El objetivo: llegar hasta la intersección de la transversal con la doble calzada para cerrar el paso de los vehículos que la transitan.
En ese lugar, los manifestantes cumplieron con su objetivo en medio de una vía nacional con poco tránsito vehicular. Pese a ello, se escucharon voces de la inconformidad de un pueblo ofendido por las pretensiones del Mandatario nacional de imponer IVA a la canasta familiar; a los actos fúnebres; promover la instalación de peajes en medio de las ciudades capitales; congelar salarios de los empleados oficiales, privatizar la educación, entre otras iniciativas.
En Barragán, uno de los corregimientos ubicados al lado del Páramo de las Hermosas, jurisdicción de Tuluá, la comunidad indígena Misak recorrió las calles de ese corregimiento en medio de la neblina de la mañana.
Mientras gritaban “abajo los huevos de Carrasquilla”, detallaban su inconformismo en pancartas y llevaban con orgullo la tricolor nacional y la bandera de su resguardo indígena, un niño de siete años los animaba a lo largo del recorrido tocando un tambor de cuero. A su paso, mujeres y hombres protegidos por el frio se asomaban por las puertas y ventanas para observar a los caminantes, quizá, los únicos que en este corregimiento, afectado en el pasado por la violencia de las Farc y los paramilitares, los que expresaron su voz de protesta.
En el corregimiento de Huasanó, del municipio de Trujillo, también hubo voces que rechazaron la reforma tributaria. A un costado de su emblemática iglesia, ellos hicieron sentir su voz que también incluyó su inconformismo por el olvido que ha vivido este corregimiento durante más de noventa años por parte de los alcaldes que han gobernado Trujillo. A esta movilización se unió el corregimiento de Robledo.
En Andalucía, la doble calzada fue cerrada hasta las ocho de la noche por los transportadores intermunicipales, según ellos, cansados de la persecución de la Administración de Tuluá, tras la construcción y puesta en servicio de la Central de Transportes, que no los deja ingresar al casco urbano de la Villa de Céspedes para dejar a los pasajeros.
En Cali
En la capital del Valle del Cauca, como consecuencia de los continuos actos de vandalismo contra la propiedad privada, establecimientos comerciales y el transporte público, las autoridades autorizaron el incremento de la fuerza armada.
El pie de fuerza será reforzado con 554 policías, 450 soldados del Ejército y 300 integrantes del Esmad, de acuerdo la información proporcionada por el ministro de Defensa.
Los desmanes comenzaron en las primeras horas del día con el derribamiento de la estatua de Sebastián de Belalcázar, seguido de daños en centros comerciales, en una entidad cooperativa y nueve buses del sistema de transporte Mío incinerados.
Al cierre de esta nota, por lo menos 30 cierres persistían en diferentes lugares de la ciudad de Cali. Un hombre fue asesinado.