Por: Marcial Blandón
La reactivación económica es un clamor que se pide a gritos desde todos los sectores que fomentan la economía del País, actividades como la de establecimientos con venta y consumo de licor, discotecas y bares, han sido los más golpeados por efectos de las medidas decretadas por el Gobierno en todos los niveles a raíz de la pandemia que ha generado el Covid-19. El Gobierno nacional atendiendo esos reclamos ha flexibilizado las medidas y prácticamente en todo el territorio nacional, con contadas excepciones, se ha reactivado la economía.
En Tuluá, el Gobierno local atendiendo las peticiones de comerciantes del sector nocturno dio inicio a la reactivación económica de esta actividad desde el fin de semana anterior extendiendo hasta las tres de la mañana el cierre de los establecimientos los días Viernes, Sábado y Domingo, en virtud al Lunes festivo y de Martes a Jueves, a partir de la una de la mañana. Indiscutiblemente le generación de empleo también se reactiva, pues muchos establecimientos nocturnos se vieron obligados a cerrar de manera definitiva por la crisis en el sector que no les permitió resistir económicamente.
El alcalde John Jairo Gómez Aguirre, anunció el seguimiento de la medida para poder extenderla en el tiempo de acuerdo al comportamiento de la ciudadanía que disfruta de la vida nocturna de la ciudad y de los empresarios que tomen las medidas preventivas para evitar la propagación del virus. Los últimos reportes relacionados a Tuluá, deben llamar la atención para no bajar la guardia: el Viernes 4 de Junio se reportaron 100 nuevos casos y 5 fallecidos; el Sábado 5 de Junio, 63 contagios y 7 víctimas; el Domingo 6, se presentaron 42 nuevos casos y 6 muertes; el Lunes 7, los casos nuevos del virus fueron 43 y los fallecidos 5. Las cifras se incrementaron en relación al mes de Mayo que se reportaban diez casos diarios.
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Siendo presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio La Campiña, el líder cívico Juan Francisco Botina, se adelantaron las obras para dar paso en un lote de terreno ubicado sobre la Carrera 22 con Calle 14, a una sede que servía para adelantar diferentes actividades lúdicas, recreativas y de encuentro comunitario. En el actual Gobierno presidido por el abogado John Jairo Gómez Aguirre, el lugar es identificado como «Centro de Atención para la Gente».
Desafortunadamente los delincuentes han venido en los últimos días haciendo daño a su estructura física y hurtando los elementos existentes en su interior. La comunidad hace un angustioso llamado a la Policía Nacional, para que la presencia del cuadrante del sector sea más efectiva y oportuna. El Mayor Mauricio Molina, comandante de la Estación de Policía, debería darse una vuelta por el lugar para que de primera mano escuche a la angustiada comunidad de la Campiña.
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La crisis generada por el paro nacional desnudó la falta de gestión de los últimos años de Senadores, Representantes a la Cámara y Diputados a la Asamblea, cuya gestión en materia de obras ha sido nula. Eran otras épocas en las que los voceros de esta región elegidos en el Congreso de la República o la Duma Departamental, inauguraban obras con los alcaldes locales, y se tomaban la foto con las comunidades beneficiadas. Hoy es solo un triste recuerdo.
Siendo Diputado y Representante a la Cámara, el andaluz Jorge Homero Giraldo, uno de los dirigentes de más grata recordación, fueron muchas las comunidades que gracias a su gestión vieron la presencia del estado adelantando obras que elevaron su calidad de vida. En el sector rural de la alta montaña tulueña aún recuerdan a dirigentes como Lucila Cárdenas de Velásquez (q.d.e.p.), Alberto Gómez Silva, Orlando Duque Satizábal y Olegario Gómez Durán, que bajaron recursos del Gobierno nacional para llevar electrificación, agua potable, mejoramiento de vías y puestos de salud, a los campesinos de esta cordillera.
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Los daños ocasionados por los vándalos que se tomaron a Tuluá en los cruces semaforizados, es de proporciones incalculables, no solo por los recursos económicos que cuesta su reparación sino el caos y alta accidentalidad que se viene presentando, especialmente, en el sector céntrico del municipio. Lo grave del asunto es que los agentes de tránsito adscritos al departamento administrativo de Movilidad y Seguridad Vial, brillan por su ausencia.
Todo indica en que el numeroso grupo de agentes está poseído de un pánico escénico por los últimos acontecimientos de orden público, en los que se han anunciado varias amenazas a través de las redes sociales. Pese a que hace un par de días el alcalde John Jairo Gómez Aguirre, en alocución acompañado del director de Movilidad, Henry Osorio Cárdenas, garantizó su presencia controlando el tráfico vehicular, esta no se ha visto, sobre todo en los sectores críticos y en las horas pico.