El pasado 18 de julio, me llamó la atención la acción del presidente de la Asamblea Eucarística al no referirse en su homilía a la primera lectura, siendo ésta de vital importancia. De los presentes yo no sabría decir cuantos dieron cuenta de lo descartado por el presbítero.
Percibí en él un acto de defensa, puesto que la lectura toca directamente a su gremio, como también, digo yo, a quienes gobiernan.
Leamos apartes de Jeremías 23, 1-6
1 ¡Ay de los pastores que dejan perder y desparramar las ovejas de mis pastos!
Y más adelante se lee: 2 Mirad que voy a pasaros revista por vuestras malas obras; luego en el cuarto verso dice: Pondré al frente de ellas pastores que las apacienten.
La Escritura Universal puede ser una distracción como llegar a oír un capítulo y no darnos cuenta de lo actual que es.
Susana Pereyra publicó el 13 de junio del 2020 lo siguiente: La frase “ Aquél que no conoce la historia está condenado a repetirla» no solo se le atribuye a Napoleón Bonaparte; …también …el filosofo español, Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana …dijo: aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo. Pues bien, yo digo, “quienes no estudien la historia, se equivocaran al vivir la propia, y si olvidan su pasado, peor.
Cuando esta joven generación cumpla 67 años más o menos, verá otra revuelta, y sucesivamente la habrá, no hay escape porque a pastores de iglesias, jefes de partidos políticos, etcétera, no les importa más que lidiar en la plaza al toro del poder y el dinero. Se lo pelean.