Por: Marcial Blandón
En líos judiciales y disciplinarios se encuentra en la capital de la República Alex Ricardo Andrade, ex-director del departamento de las Tic, en el gobierno de Gustavo Vélez Román. Ricardo Andrade, venia vinculado laboralmente con la alcaldía mayor de Bogotá, como Jefe de la dependencia de las Tic, de la Secretaría de Movilidad y Tránsito.
Al parecer Alex Ricardo Andrade, valiéndose de su posición dominante como Jefe de las Tíc, de Movilidad y Tránsito, en Bogotá, otorgó un contrato al esposo de su hermana, sin declararse impedido, lo que le valieron sendas demandas ante la Procuraduría General de la Nación y ante la Fiscalía, por presunta celebración indebida de contratos.
Como se recordará, la Contraloría Municipal de Tuluá en el 2020 adelantó auditoria Modalidad Regular con Enfoque Integral a la vigencia 2019, último año de gobierno del ex-alcalde Gustavo Vélez, donde notificado el informe final del proceso auditor quedaron en firme hallazgos disciplinarios que conoce la Personería Municipal y de presunto detrimento patrimonial que cursan en la oficina de Responsabilidad Fiscal del órgano de control municipal, en los cuales involucra al ex-director de las Tic, Ricardo Andrade en un monto económico considerable.
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Con espectacularidad la Policía Nacional, en su último boletín de prensa registra un hecho positivo en relación al ejercicio ilícito de la actividad monopolística de arbitrio, registran tres capturas y la incautación de cinco talonarios en blanco, tres libretas con los números apostados y $762.900 pesos en efectivo producto de la venta.
Ciertamente son resultados positivos de la fuerza pública a través de la Sijin, pero de acuerdo al reporte de las capturas y los elementos incautados las personas puestas a disposición de la Fiscalía, son los humildes vendedores que a diario se rebusca para llevar el sustento diario con la venta de las boletas. No registran las capturas de los dueños del negocio, los que verdaderamente llenan el mercado negro con juegos de suerte y azar de grande montos, que ponen en riesgo las finanzas especialmente las dirigidas al fortalecimiento de la salud. Ojalá en los próximos días las autoridades registren las capturas de los peces gordos que mueven el negocio clandestino de la actividad monopolística de arbitrio.
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El barrio Avenida Cali, uno de los más tradicionales de la Villa de Céspedes, ha tenido en la dirección de su Junta de Acción Comunal a la destacada líder Martha Liliana Caicedo Navarro, experta en el manejo, dirección y administración de empresas privadas de seguridad y permanente animadora como candidata al Concejo Municipal.
Martha Liliana Caicedo, es una mujer aguerrida. Ante la temprana muerte de su esposo, asumió con criterio y liderazgo el manejo de su empresa de logística en seguridad. Su fortín político lo mantiene en la Avenida Cali, pero con su carisma y liderazgo lo podría extender a diferentes sectores del municipio, incluido el sector rural plano, y así contaría con mejor suerte en las urnas si decide postular nuevamente su nombre en las elecciones locales de 2023, donde aspire a ocupar un escaño en el Cabildo local.
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Da grima y dolor de patria chica, ver como todos los días el Bulevar de la Calle 25 volvió a ser ocupado por toda clase de ventas ambulantes y estacionarias, tirando por la borda la tarea que adelantó la administración del alcalde Gustavo Vélez Román, cuando decidió recuperar el espacio público de ese sector de la ciudad y embellecer esa importante vía con adoquinamiento. La permanente presencia de control y vigilancia que en ese momento ejerció de manera articulada la Policía Nacional, los agentes de Movilidad y la Unidad Operativa de Espacio Público, garantizaron la recuperación integral del sector.
Desafortunadamente pareciera que esa articulación institucional se hubiese perdido en el gobierno «De la gente para la gente» en la que cada autoridad anda por su lado. Los «Gestores de Convivencia Ciudadana» son inferiores a la responsabilidad adquirida de proteger los espacios recuperados en el pasado y el propender por entregar más zonas libres a la ciudadanía. La Calle 25 volvió a épocas de antes, toda clase de ventas informales sobre el bulevar, venta de motocicletas que se exhiben sobre el andén, en fin falta de autoridad total.