Dardos políticos en tiempo de Coronavirus

Por: Marcial Blandón

La Auditoría General de la República, AGR, otorgó la certificación de la vigencia 2021, por una gestión efectiva, incluyente y transparente a la Contraloría Municipal de Tuluá, siendo la mejor calificada en el departamento con un puntaje de 91.86, llegando casi a la excelencia en su función legal y constitucional de ejercer el control fiscal sobre el patrimonio público de los tulueños. Según la AGR, es el reconocimiento a la gestión de un trabajo continuo y de calidad, generando un logro para beneficio de la región.

Recibe el recién elegido Contralor municipal Harold Fernando Cerquera Castillo, un órgano de control fiscal,  reconocido por su gestión por la entidad de orden nacional que los audita. Ahora su compromiso debe ser sostener la certificación durante su periodo, de la cual sus subalternos no lo dudan por la capacidad intelectual y profesional del nuevo Jefe de la entidad que ejerce control y vigilancia a la administración del nivel central de orden municipal y sus institutos descentralizados.

El reconocimiento que hace la Auditoría General de la República, se extiende al equipo de trabajo que acompañó la gestión de la excontralora municipal Ángela María Cubides González, y que acompañará la tarea que ya emprendió el Contador Público Harold Cerquera, aunque se espera, una vez pase la Ley de Garantías, que se produzcan cambios en la primera línea de colaboradores del nuevo Jefe del órgano de control fiscal, específicamente en la Secretaría General, en la dirección de Responsabilidad Fiscal y en los Auditores I y II.  

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Los amigos del catedrático Eusebio Ducuara Celis, una vez conocieron los resultados electorales de los candidatos que respaldaron al Congreso de la República, le han solicitado al jefe del “Ducuarismo”, que considere su nombre para que se una al abanico de candidatos a la alcaldía que buscan el aval del partido de la U, en el sector que respaldó las candidaturas de Juan Carlos Garcés Rojas, Senador electo por esta colectividad política y la de Jorge Eliecer Tamayo, quien ratificó su curul en la Cámara de Representantes en la jornada electoral del pasado trece de marzo.

Eusebio Ducuara, es un hombre preparado académicamente y cuenta con una trayectoria profesional en el sector público, como prenda de garantía en un eventual gobierno suyo. Lo cierto es que el resultado electoral del pasado trece de marzo, en todas sus vertientes dejan como la primera fuerza política de la ciudad al partido de la U, colectividad que puede mantenerse en el poder si en la escogencia de su candidato las reglas de juego son claras y garantizan la unidad de todo el colectivo.

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Las elecciones del trece de marzo en las cuales se conformó el nuevo Congreso de la Republica siguen dando de qué hablar, todo indica en que la discusión no va a parar por ahora. En los escrutinios el Pacto Histórico recuperó tres curules pasando a obtener 19 escaños en el Senado de la República. Con cinco curules en la Cámara de Representantes en el Valle, en un eventual gobierno de Gustavo Petro, el Pacto Histórico no pasará de agache en las elecciones territoriales de octubre de 2023. Ese panorama cambiaria totalmente y tanto la gobernación del Valle como alcaldías, caso Tuluá, tendría un actor  electoral de mucho peso en la contienda local. Todo lo irá despejando el tiempo.

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A propósito de las elecciones parlamentarias del trece de marzo, una fuente informativa de esta columna aseguró a su editor, que esta semana llega una comisión de Santa Marta, a preguntar por un Concejal tulueño, que le prometió no menos de quinientos votos al candidato al Senado Carlos Mario Farelo Daza, que conquistó la curul por el partido Cambio Radical.

Al parecer el corporado ya no les responde el teléfono para que dé explicaciones sobre el pobre resultado electoral del candidato magdalenense. Según la fuente los votos no justificaron con la “mermelada” enviada. ¡De quién estarán hablando los amigos del candidato costeño!

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Una denuncia reiterada hacen los tulueños, especialmente los que se desplazan por la vía que conduce al municipio de Riofrío, a la altura de la intersección de la Transversal Doce. Dicen los quejosos que desde el año anterior, a vista de todo el mundo se ha asentado un cambuche ante la mirada complaciente de las autoridades, donde al parecer un adulto mayor en compañía de varias mascotas pernocta ante la falta de una vivienda digna.

La preocupación de los vecinos del sector radica en que se pueden incrementar esta clase de cambuches, con la consiguiente e inseguridad que puede reinar en el lugar. Se espera que bajo la coordinación del abogado Camilo Hernández, responsable de la oficina de espacio público, atienda el clamor ciudadano, especialmente de los habitantes de la urbanización la Esperanza, que ven como de a poco el sector comienza a ver personas extrañas que ponen en riesgo la tranquilidad y sana convivencia del sector. Los moradores de estos barrios de la ciudad se resisten a creer que un cambuche que ocupa espacio público en una  de las vías más transitadas de la ciudad se haga invisible para las autoridades encargadas de controlar y vigilar la ocupación arbitraria de espacio público.