Por: Marcial Blandón
El Pacto Histórico se convierte en una sólida colectividad que resultó triunfadora sin discusión en las elecciones que renovaron el Congreso de las República el pasado trece de marzo y fue el sector político más votado en la consulta de los partidos que definieron los candidatos presidenciales. Si tal como lo indican todos los sondeos de opinión y esa intención de votos se traduce en la decisión de los colombianos en las urnas sin duda alguna el nuevo huésped de la Casa de Nariño será el dirigente de la izquierda Gustavo Petro.
En el eventual gobierno de Gustavo Petro, el Pacto Histórico tendrá la primera opción de elegir una buena cantidad de los 32 gobernadores del País y se alzaría con muchas de las alcaldías de Colombia, incluyendo las ciudades capitales y su presencia en las Asambleas departamentales y Concejo municipales sería mayoritaria en las elecciones locales de 2023. Esa meta dependería en gran parte en la elección presidencial de Gustavo Petro y la cohesión que la dirigencia logre en los territorios.
La vieja militancia de la izquierda colombiana debe entender que el Pacto Histórico está conformada no solo por los militantes que toda la vida defendieron ese pensamiento político que se les conoce cariñosamente como “mamertos”, sino que está integrado por una nueva generación de ciudadanos, muchos de ellos que han militado en los partidos tradicionales, cansados de la forma de gobernar al País, han encontrado una opción de ejercer su liderazgo haciendo parte de esta doctrina.
Son cientos de jóvenes los que militan en el Pacto Histórico y anhelan una nueva Colombia. Para Tuluá la conformación de la lista al Concejo deberá contener todos esos matices, donde la cuota femenina no sea obligatoria en su conformación sino que quienes la integren sean mujeres con opción de ser elegidas como voceras auténticas de la ciudadanía en la Corporación edilicia. Deponer intereses personales e inclusión de todos los sectores políticos, no solo los que asisten a un directorio, será premonición de triunfo del Pacto Histórico en las elecciones territoriales de 2023.
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Rayos y centellas le han caído a la nueva ministra de Vivienda la vallecaucana Susana Correa Borrero, ante la renuncia que presentó al partido Centro Democrático, colectividad fundada por el expresidente Álvaro Uribe, que le ha dado todos los honores en su trayectoria pública. Susana Correa, según sus críticos ha ido en coche disfrutando las mieles del poder bajo la sombra del exmandatario Uribe Vélez. En el 2014, fue elegida Senadora de la República, por el hoy partido de gobierno.
En el 2018, apoyó la candidatura al Senado del tulueño Robinson González, siendo un rotundo fracaso electoral. En la pasada contienda electoral respaldó inicialmente a Daniel García Arizabaleta, teniendo éste que sacrificar su aspiración por pedido de la alta dirección del Centro Democrático ante el llamamiento a imputación de cargos que le hizo la Fiscalía General de la Nación. Al parecer, ése fue el motivo que llevó a Susana Correa Borrero, a abandonar las toldas de la colectividad.
Esa decisión motivó a Susana Correa, a respaldar la candidatura de la Senadora de ese partido Paola Holguín, despreciando las candidaturas de sus coterráneos que soñaban con ratificar su curul en esa célula legislativa: el bugueño John Harold Suárez Vargas y la del tulueño Gabriel Velasco. Sumó otro fracaso Correa Borrero, con el apoyo a Julio César García, asado en las urnas electorales. Susana Correa, hizo lo mismo que su paisano valluno Roosvet Rodríguez, quien sin siquiera sonrojarse la cara de vergüenza abandonó al partido del cual se benefició y ocupó altas dignidades del Estado. Decían los abuelos que “así paga el diablo…”
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El secretario de Salud municipal John Jairo Aguirre Castaño, ha sido designado para ejercer como alcalde encargado, mientras el mandatario John Jairo Gómez Aguirre, disfruta de su período vacacional. Merecido reconocimiento al titular de la cartera de salud, ya que ha sido un funcionario destacado por la convicción técnica con la que ha ejercido el cargo. Funcionario de bajo perfil, sin ambiciones políticos y que de acuerdo con observadores locales ha cumplido a cabalidad con la tarea.
Mientras parte de compañeros de gabinete se muestran en círculos sociales, revientan medios locales y redes sociales y convierten cada gestión en piezas publicitarias de sus anheladas aspiraciones electorales, John Jairo Aguirre Castaño, cumple el ejercicio de sus funciones con un bajo perfil, alcanzando el reconocimiento no solo de las entidades locales y departamental encargadas del sistema de salud, sino amplio reconocimiento en el manejo de la Secretaría que tiene a su cargo desde el inicio del gobierno “De la gente para la gente”.
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La senadora electa de la Alianza Social Independiente, ASI, Berenice Bedoya, hizo un merecido reconocimiento a la labor que durante toda la campaña electoral adelantó en el Valle del Cauca, el bugueño Andrés Felipe Moncayo. Las palabras de la alta dirigente de la ASI, son un claro espaldarazo a la eventual candidatura a la alcaldía de Guadalajara de Buga, de Moncayo. Su trabajo impulsando las listas del partido para la conformación de los Consejos Municipales de Juventudes y la articulación con la dirigencia del partido en el departamento para impulsar el nombre de Berenice Bedoya, lo hicieron merecedor al justo reconocimiento.
Ahora, Andrés Felipe Moncayo, conforma el comité departamental que impulsa la candidatura presidencial de Sergio Fajardo. En el eventual gobierno del exalcalde de Medellín, su candidatura a la alcaldía se cotizaría en grandes proporciones. Su nombre figura con muchas probabilidades de ser el sucesor del actual mandatario Julián Rojas, a quien los últimos sondeos de opinión no lo acompaña la ciudadanía bugueña. En la ciudad Señora también se mueve el cañaveral político.
Veo honorable que el triunfo que anuncia de Petro ya es un hecho todavía falta mucho que recorrer si no logra el triunfo en la primera vuelta en la segunda muy difícil