“La galería de Tuluá no la vamos a vender”, dijo el coronel Jorge Gallego

Coronel Jorge Gallego, candidato a la Alcaldía de Tuluá.

La galería de Tuluá es el emblema arquitectónico e histórico que representa el progreso, la resiliencia, la pujanza y el tesón del comercio de los tulueños, pero también en la manzana territorial de mayor atracción para los inversionistas que catalogan este antiguo edificio en un estorbo para el desarrollo de la ciudad y consideran que allí se debe levantar una gran superficie comercial.

Muchas administraciones han valorado esa posibilidad, pero el sentido de pertenencia de sus concesionarios ha evitado que esta joya arquitectónica desaparezca. Otros gobernantes han optado por marginarla de sus planes de mejoramiento e inversión y la han dejado a merced de la fuerza del tiempo para que se deteriore, pero los mismos negociantes, con recursos producto de sus negocios, han mejorado techos, paredes y pisos.

El coronel Jorge Gallego, candidato a la Alcaldía de Tuluá, diálogó con los arrendatarios de la Galería de esta ciudad.

Es por esa razón que el mensaje entregado por el candidato a la Alcaldía de Tuluá, coronel Jorge Gallego fue recibido con beneplácito porque promete darle a las galerías el sitial que se merece en la historia de la ciudad en el evento que sea ungido alcalde en las elecciones del próximo 29 de octubre del presente año.

“La galería de Tuluá no la vamos a vender, no la vamos a tercerizar, simplemente vamos a dignificar a nuestros comerciantes, vamos a procurar hacer una modernización  en tecnología tanto en la parte externa como en la parte interna, procuraremos generar unos entornos de mayor orden, seguridad y autoridad”, dijo el coronel Gallego luego de recorrer palmo a palmo los pasillos de la galería y escuchar las inquietudes de la comunidad.

Antes que los negociantes se establecieran en las galerías, quienes lo precedieron en la actividad comercial despachaban desde La Planeta, a la orilla del río Tuluá, muy cerca de lo que más tarde fue la sede del Gimnasio del Pacífico y después el Palacio de Justicia. Luego, mediante acuerdo del Concejo municipal del 3 de febrero de 1910 ordenó la construcción del edificio para las galerías o plaza de mercado con una inversión inicial de veinte mil pesos. El terreno para erigir esta obra fue donada por el señor Teófilo Victoria, propietario de la hacienda La Esperanza.

Una vez terminada la obra en 1921 fueron reubicados los vendedores de La Planeta. Sin embargo, diez años después, el 29 de enero de 1931, un incendio destruyó la edificación, pero de inmediato se inició la reconstrucción a partir de sus endebles muros que sobrevivieron a la catástrofe. El 18 de junio del mismo año se dio de nuevo al servicio.

Según el coronel Gallego, “Todos los recursos que se emanen de la galería tendrán que tener una veeduría ciudadana para que sean obviamente dispuestos en la misma galería; la vincularemos en todos los proyectos del orden nacional y departamental para que a través del Ministerio de Cultura la podamos modernizar sin olvidar nunca que la galería es considerada como un bien de interés histórico y cultural de nuestra ciudad”.