En recuperación serpiente hallada en establecimiento deportivo de Guacarí

Cuando un ciudadano del municipio de Guacarí llegó a abrir el local donde está ubicado un gimnasio, nunca se imaginó que su primer cliente fuera una hermosa boa constrictor

Un poco impresionado, pero con calma, decidió alertar sobre la presencia del enorme reptil a la Umata de la Alcaldía, quienes, para hacer un manejo adecuado del animal, contactaron a los profesionales de la CVC: los técnicos la encontraron debajo de un banco donde los deportistas hacen su rutina de pesas y abdominales.

Hay que señalar que esta especie no tiene distribución natural en el municipio y su presencia allí es por el tráfico ilegal de fauna silvestre, ya que no está permitida la comercialización de estos animales como mascotas en el Valle del Cauca ni en cualquier lugar de Colombia.

La serpiente, que mide cerca de 1,4 metros, fue llevada al Hogar de Paso para Fauna Silvestre de la CVC en Buga y se confirmó que es una boa juvenil con buen estado de salud, lo que la lleva a continuar el proceso para el regreso a la libertad.

Según lo expresado por el ingeniero ambiental de la CVC, Armando Sanclemente Durán, «es importante destacar el correcto proceder del ciudadano, quien no dudó en hacer el llamado a las autoridades competentes para que el animal recibiera el manejo adecuado en manos expertas y no se atentara contra él. Fue relativamente fácil su rescate en el sitio, pues parece ser que se encontraba en proceso de digestión y su energía la estaba invirtiendo en alimentarse, por lo que no estaba preocupada por conseguir una presa».

Finalmente, la joven serpiente fue trasladada al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre San Emigdio en Palmira, donde entrará en cuarentena, se le practicarán evaluaciones clínicas y biológicas para determinar su estado, y se verificará si posiblemente escapó del sitio en donde la tenían, dado que las boas constrictoras han ganado popularidad entre los amantes de las mascotas durante los últimos años.

La boa es un animal solitario y nocturno, pasa el día escondida entre las ramas de los árboles o en algún tronco hueco, y sale a cazar al caer la noche. Suele trepar los árboles para tender emboscadas a sus presas. También baja al suelo con frecuencia en busca de agua y es buena nadadora.

Debido a su mala visión, depende de sus escamas termosensibles (fosetas labiales) para detectar a sus presas como lagartos, pájaros, zarigüeyas, murciélagos, ratas, ardillas y siente especial predilección por los murciélagos, a los que captura desde los árboles, en pleno vuelo. Mata a sus presas mediante constricción, hasta estrangular.