Por: Marcial Blandón
Este 31 de Diciembre a las doce de la noche se cerrará un nuevo capítulo de la actual administración que orienta el abogado John Jairo Gómez Aguirre, en su segundo año de gobierno. A la vez, al restar el 50% de su mandato ya se vislumbran sus posibles sucesores y quién podría ser el nuevo huésped del Palacio municipal a partir del primero de enero de 2024.
Si el panorama político no cambia de este abanico de candidatos saldrá el sucesor de Gómez Aguirre, para el cuatrienio 2024-2027. Son llamados a continuar en el poder la alianza entre los movimientos «Nueva Generación» y «Tuluá Líder»; si se mantienen unidos difícilmente perderían la alcaldía.
El nombre del candidato de esa alianza podría ser el de la ingeniera Lina María Segura Moyano, contada electoralmente en las urnas y cercana al matriarcado que dirige la Nueva Generación. Por condición de género Dilian Francisca Toro, Clara Luz Roldan y Norma Hurtado, la definirían como su ficha. El empresario Hernán Cifuentes Sánchez, primer elector del partido de la U, podría recibir esa bendición. Ever Antonio Villegas, destacado como uno de los mejores secretarios de despacho del actual gabinete, es visto con buenos ojos por la clase política.
En este mismo sector político, pero del lado de «Tuluá Líder», el gerente de Infituluá, Llener Darío Borja Mafla, se convenció que tiene el kilometraje en la administración pública para disputar ese apoyo. Su presencia en medios de comunicación y redes sociales, así lo demuestran. Ser el socio político de John Jairo Gómez Aguirre, lo pueden poner a par de pasos delante del punto de salida. Jorge Alexander Gallego Chávez, pese a que las estadísticas de criminalidad no son sus mejores amigas, estaría en la misma línea al ser hombre de confianza del actual mandatario; su nombre no se puede descartar.
Para la disputa de este cetro se espera el ingreso de Luis Fernando Ocampo Giraldo, quien de lleno ya en el movimiento «Nueva Generación», respalda una de sus fórmulas al Congreso de la República. «Chiri», contado en las urnas, entra con pie derecho en la disputa por el aval del partido de la U. Otro nombre que se sumaría a este abanico de candidatos es el del ex-candidato a la rectoría de la Uceva Eusebio Ducuara Celis, quien ya ha manifestado su intención de aspirar al primer cargo municipal.
Definir el mecanismo para escoger el candidato puede ser el tema engorroso para la dirigencia de la «Nueva Generación» y «Tuluá Líder». Sobre el papel todos los precandidatos estarían en igualdad de condiciones. Si la decisión de quien surja elegido mantiene la unidad de los dos sectores políticos tendría más de media mitad de alcaldía en el bolsillo.
Quien podría disputar de tú a tú, la candidatura de quienes hoy ostentan el poder seria el sector del «Cambio», solo que su fundador emprendió una aventura que le puede dejar una amarga experiencia el 13 de marzo de 2022. Ahora, si Gustavo Vélez, define presentarse como candidato a la alcaldía, cuenta con grandes posibilidades de retornar al edificio de la 25 con 25, cuenta con grata recordación en la comunidad tulueña y el voto de opinión jugaría a su favor.
Si finalmente Gustavo Vélez, resulta elegido Representante a la Cámara o no postula su nombre para la primera magistratura municipal, el «Cambio» tendría dos cartas para intentar recuperar la alcaldía. El nombre del licenciado Francisco Girón Ocampo o José Martín Hincapié Álvarez, actual Personero delegado para los derechos humanos. El primero contaría con el respaldo del ex-congresista Rafael Eduardo Palau Salazar, que atizaría el cañaveral político en favor de Girón Ocampo.
La tercera es la vencida, esa debe ser la convicción en las toldas del joven candidato Marco Alejandro Arbeláez Vargas, poseedor de una franja importante de opinión con la que debe consolidar su propósito de llegar a la alcaldía en su tercer intento. Marco Arbeláez, debe jugar con maestría cada ficha del ajedréz político. Perder lo convertiría en un buen animador del acontecer electoral del municipio, llegando a convertir en el quijote de la política local. Aun no se vislumbra sobre que «cobija» abriga su aspiración, lo cierto es que el caudal de votos con el que cuenta lo meten desde el principio en la discusión por la próxima alcaldía de Tuluá.
Una tercería se viene abriendo a pasos agigantados. El arquitecto Rodolfo Ramírez Álvarez, es el único de los precandidatos a la alcaldía que viene construyendo desde ya de la mano de la sociedad tulueña su programa de gobierno. Son diferentes sectores con los que se ha sentado a compartir su propuesta de ciudad. El ex-gobernador del Valle Juan Carlos Abadía Campo, no solo comulga con su aspiración, sino sería fundamental en un proceso de unidad de sectores políticos que se vean identificados con el candidato. Rodolfo Ramírez, posee astucia política, goza de respeto y credibilidad al interior de la clase dirigente de la ciudad, buen componedor de procesos electorales, su aspiración se puede fortalecer en el tiempo.
Por supuesto, el resultado electoral de las elecciones parlamentarias del 13 de marzo del próximo año, pueden fortalecer la aspiración de varios de los mencionados y darles ventaja sobre los demás, lo mismo que un resultado electoral que le otorgue la presidencia al candidato del «Pacto Histórico», Gustavo Petro. Si se da lo segundo de un tajo cambia el panorama político de la región y del municipio; surgirían nombres que hoy no caben en la retina de la ciudadanía y desde ese alto gobierno pondría las condiciones para las elecciones territoriales de 2023. Mientras tanto, vaticinios desde todos los sectores y para todos los gustos se hacen.