Por: Marcial Blandón
En víspera de cumplir su segundo año de gobierno el alcalde que mayoritariamente eligieron los tulueños, abogado John Jairo Gómez Aguirre, cierra con el resurgir de una actividad formalizada en alcaldía del escritor Gustavo Álvarez Gardeazabal, que toca el sentir de la comunidad donde se celebraron las Nueve Novenas, Nueve Verbenas.
El gobierno «De la gente para la gente», que inició con sangre en el ojo, mirando por el espejo retrovisor el mandato del «Cambio», definitivamente dobló la página y dio inicio a su obra de gobierno, cumpliendo las metas trazadas en el Plan de Desarrollo, uno de los primeros que aprobó el Concejo Municipal de las localidades del departamento.
Sin duda alguna, sortear la pandemia que ha generado el Covid-19, fue una prueba de fuego para todos los mandatarios del País. Para el caso de Tuluá, los órganos encargados de verificar la ejecución de los recursos públicos, han certificado que el alcalde Gómez Aguirre, manejó con transparencia y eficacia su destinación para atender la contingencia del virus.
«Obras para equiparar la ciudad». John Jairo Gómez Aguirre, ha proclamado que «se deben adelantar las obras civiles donde realmente las requiera la ciudadanía y acatando todas las disposiciones legales contempladas en la Ley 80». A decir verdad, toda la contratación adelantada por el actual gobierno cumple con rigurosidad las Leyes que rigen la materia, lo que ha generado confianza en la ciudadanía y en los contribuyentes que ven sus impuestos reflejados en las obras que mejora la calidad de vida de la comunidad.
Recuperar la confianza de la clase política es un logro que se le atribuye al mandatario en sus dos primeros años de gobierno; el buen trato a la dirigencia representada en el Concejo Municipal y en quienes apoyaron su candidatura refleja el tacto político que posee el gobernante, seguramente con una que otra inconformidad ante lo casi imposible de satisfacer las pretensiones de la dirigencia local. En términos generales John Jairo Gómez Aguirre, goza de aceptación al interior de la clase dirigente del municipio.
Su gabinete tiene una alta representación de la clase política que siente que las relaciones con el ejecutivo mejoraron ostensiblemente. Gómez Aguirre, logró recuperarlas después de la fractura del cuatrienio anterior. Ha sido tal el respaldo que por lo menos tres de sus secretarios o colaboradores inmediatos hoy cuentan con amplias posibilidades para sucederle en el cargo.
Sostener una relación fluida de cooperación con el Gobierno departamental que preside Clara Luz Roldán y el nacional de Iván Duque Márquez, ha sido vital para el desarrollo de la ciudad. Bastión que también recupera en su mandato Gómez Aguirre, ante las fisuras que el anterior gobierno dejó con sus pares en el Valle y a nivel nacional cuando quedaron totalmente rotas las relaciones administrativas demostradas ampliamente por la directora del Departamento para la Prosperidad Social DPS, Susana Correa.
Posiblemente con la oxigenación, -en parte,- de su gabinete el alcalde John Jairo Gómez Aguirre, emprende su tercer año de gobierno, donde se promete adelantar las obras macro que requiere el municipio. Volverá el reencuentro de la familia tulueña alrededor de una nueva versión de la Feria de Tuluá; regresa Cortuluá a la primera división, onceno al cual el alcalde acompaña desde las tribunas desde su nacimiento en el fútbol profesional de la B. No existe duda en que el dúo Nacho Martán – John Jairo Gómez, hará desde sus competencias todos los esfuerzos para que el equipo del alma permanezca en la división de honor.
La visión futurista del alcalde lo compromete a realizar una labor brillante en el 50% que resta de su mandato. Para ello es necesario escuchar la voz del pueblo o de los comunales que reclaman una mejor interlocución con su alcalde, que demandan de la secretaria privada un enlace con más enfoque político que técnico; algunos sectores de la dirigencia hacen la misma reflexión. Igualmente se reclama un mejor manejo administrativo desde la dirección del Imder; el resto de sus inmediatos colaboradores pasan el año, uno con mejores notas que otros, pero definitivamente el balance es positivo.
Capítulo especial merece el tema de seguridad, el lunar negro en los dos primeros años de gobierno del alcalde John Jairo Gómez Aguirre. Así lo evidencian las estadísticas, pues la racha criminal se disparó, inexplicable el número de homicidios, mientras duró el confinamiento preventivo obligatorio decretado por el gobierno nacional. Se alteró el orden público durante su mandato con la presencia de la columna «Adán Izquierdo», disidencias de las Farc. Llegó el momento para que el Alcalde promueva la creación de la secretaría de Seguridad Ciudadana, eximiéndola de la Secretaria de Gobierno, Seguridad y Convivencia.
El balance en la mitad de su mandato es positivo, si mantiene la forma de gobernar, cumple con la clase política y mantiene la unidad con el movimiento «Nueva Generación». John Jairo Gómez Aguirre, pone a su sucesor como lo relata la historia política de la ciudad, desde la época en que apareció la «Alianza por Tuluá», suceso interrumpido en el gobierno de Gustavo Vélez, quien fue incapaz en hacer elegir a su sucesor.