Por: Marcial Blandón
La derrota electoral de la clase política el pasado domingo sigue pasando sus efectos, especialmente para la militancia del partido de gobierno el Centro Democrático y los funcionarios públicos que lo representan a quienes se les augura una desbandada total a partir del siete de agosto. Quienes representan a esta colectividad quedaron como un sándwich, de un lado la posibilidad de que triunfe el Pacto Histórico con Gustavo Petro, que no dudará en despedir todo el que huela a uribismo y, de otro lado, en un eventual gobierno de Rodolfo Hernández, que no permitirá que cargos públicos los ocupen representantes de los partidos tradicionales.
Aunque se debe reconocer que el gobierno del presidente Iván Duque, no fue generoso para abrirle posibilidades de orden nacional a profesionales de esta tierra, que con escasas tres excepciones brillaron con luz propia en esas esferas como son Pilar Coronel David, Juan Manuel Sanclemente García y Diego Arias, en la dirección regional del Departamento Administrativo para la Prosperidad Social DPS.
En cuatro años de gobierno del presidente Iván Duque Márquez, el nombre de un tulueño ni siquiera sonó para ocupar una cartera ministerial. Ojalá en el nuevo gobierno de Gustavo Petro o Rodolfo Hernández, esta tierra pueda contar con personas en la primera línea de colaboradores del nuevo mandatario. En ambas campañas existen profesionales que dan la talla para una encomienda de esa naturaleza o la dirección de un departamento administrativo o Superintendencia. Que no solo los votos de los tulueños sirvan para elegir a los mandatarios, sino que los ocupen en altos cargos del estado, que méritos tienen de sobra en sus hojas de vida.
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Se instaló por parte del alcalde John Jairo Gómez Aguirre, el segundo período de sesiones ordinarias del Concejo municipal, donde dos hechos marcaran la hoja de ruta durante el mes de junio. El primero, el control político que la corporación adelante al gobierno “De la gente para la gente” con la citación al hemiciclo de los secretarios de despacho, directores y gerentes de institutos descentralizados y la elección del presidente para el segundo semestre en cumplimiento de los acuerdos políticos.
Desafortunadamente el cuerpo edilicio carece de figuras descollantes que conciten la atención de la opinión pública. La medición del rasero, hay que decirlo, se hace por lo bajo, con excepción de la concejal Sandra Arrubla del partido Alianza Verde, quien ha demostrado juicio, conocimiento y liderazgo en la conducción de los debates; los demás le quedaron debiendo a la comunidad tulueña. Por supuesto, todos cumplen con su tarea, cada uno tiene y cuenta con su propio estilo, lo que adolece es de figuras sobresalientes, oradores en el uso de la palabra y, sobre todo, mayor conocimiento de la función pública.
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En la conmemoración de los 197 años de vida municipalista el Concejo municipal entregó varios reconocimientos exaltando la vida y obra de muchos lugareños o nacidos en esta tierra que a su manera y desde donde desarrollan sus vidas han contribuido al engrandecimiento de la ciudad, en una permanente búsqueda del progreso y desarrollo para todos sus congéneres.
Uno de esos personajes reconocidos por el Honorable Concejo municipal fue el empresario Gustavo Muñoz Saa, gerente de la distribuidora JM, reconocido por su ardua labor en la generación de empleo y aporte al desarrollo de la Villa de Céspedes; ha representado al gremio desde la Cámara de Comercio de Tuluá. El también comerciante y concejal tulueño Carlos Arturo Marín Londoño, recibió como propio el reconocimiento a su colega empresarial.
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En círculos políticos de la Villa de Céspedes, coge fuerza un rumor por el rompimiento de relaciones entre un exmandatario del centro del Valle y quien fungía como su jefe de prensa o asesor de comunicaciones. Al parecer la campaña presidencial los distanció tanto que según dicen en corrillos su vínculo llegó al fin. Se mantiene tan polarizada la elección del nuevo huésped de la casa de Nariño, que las diferencias llegan hasta las mejores familias.
Lo delicado del asunto es que la campaña presidencial se torna más agresiva para segunda vuelta. El tono entre “petristas” y “Rodolfistas” sube de nivel. Desafortunadamente periodistas, comunicadores y hasta lectores de noticias toman partido y desde las tribunas en que manejan la información se encargan de atizar la hoguera, perdiendo cada día la escasa objetividad que les queda. En la ciudad existen claros ejemplos de integrantes de medios de comunicación que se deberían quitar la casaca del medio que dicen representar y ponerse la camiseta del candidato de sus afectos.