Por: Marcial Blandón
Con entusiasmo recibieron los internos de la cárcel de mediana seguridad en Tuluá, las autorizaciones para recibir las visitas conyugales, que fueron suspendidas al inicio del confinamiento preventivo obligatorio decretado por el gobierno del presidente Iván Duque Márquez, con motivo de la pandemia derivada del Covid-19.
Pese a que se habían recibido unas 300 solicitudes de visita conyugal solamente se dieron 70 el pasado fin de semana, corroborando que existe el temor al contagio del mortal virus.
El Capitán Gonzalo Rivera, director del establecimiento carcelario y el personal a su cargo establecieron con rigurosidad los protocolos de bioseguridad para prevenir el contagio del virus; igualmente se adelantan las visitas presenciales de familiares de los internos las cuales se cumplen previa protección de un vidrio de seguridad que evita el contacto físico.
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El sector de la Balastrera, asentamiento ubicado al sur de la ciudad contiguo a los rieles por donde se desplazaba el antiguo servicio férreo de transporte en la vía al corregimiento de Campoalegre, es una bomba de tiempo que en cualquier momento puede estallar.
En el gobierno del alcalde Gustavo Adolfo Vélez Román, se instalaron mesas de trabajo que buscaban la reubicación del sector, incluso se alcanzó establecer terrenos donde podría darse la nueva ubicación de las familias. Desafortunadamente no se avanzó por la complejidad del proceso y la pretendida reubicación fracaso.
En los ya casi quince meses de gobierno del abogado John Jairo Gómez Aguirre, no se conoce de una propuesta concreta para la reubicación de este numeroso grupo de núcleos familiares que están alrededor de 245 familias.
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El estado de calamidad pública decretado por el alcalde John Jairo Gómez Aguirre, llena de esperanzas a los habitantes de la zona montañosa, campesinos que se vieron seriamente afectados por los embates de los torrenciales aguaceros que no solo han dejado destrozos en sus parcelas sino la afectación de las vías terciarias que los han dejado incomunicados con el casco urbano.
Uno de los anhelos de la comunidad de la vereda las Veraneras, es buscar su reubicación, ya que literalmente el invierno borró del mapa esa comunidad. Con el apoyo del Estado y las mingas comunitarias aspiran a que las Veraneras, vuelvan a reverdecer en esas montañas.
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Causó extrañeza que en la noche de gala, evento organizado por la Gobernación del Valle, para reconocer el liderazgo de las mujeres Vallecaucanas, no fuera exaltada ninguna dama tulueña.
La dama reconocida más cercana fue Erika Alejandra Rodríguez Zuluaga, de Riofrío y la fundación «Fundamujer» de Roldanillo. ¿Opacado el liderazgo femenino en Tuluá?