Esta semana los alcaldes del centro del Valle del Cauca cumplen cien días de Gobierno. Los primeros días de una gestión que no sólo estuvo afectada por los procesos de empalme, la herencia de ambiguos procesos administrativos, e incluso, la existencia de presupuestos aprobados en 2019 para la vigencia 2020, y ahora, y como si fuera poco, la imperiosa implementación de un conjunto de normas que buscan contrarrestar el contagio del Coronavirus o Covid 19.
Todos los objetivos trazados en los planes de Gobierno se han alterado pues la atención de los gobernantes se desvió de forma contundente. El diseño y socialización del Plan de Desarrollo, en la mayoría de los municipios –si no todos- están paralizados ante la imposibilidad de socializarlos con la comunidad.
La batalla contra el Covid 19, ese enemigo invencible y para el cual no hay aún vacuna definitiva, ha puesto ´patas arriba’ a todos los municipios del centro de Valle. Los programas para los sectores vulnerables, la construcción de estructuras públicas, el mejoramiento de vías terciarias, entre otros, se encuentran en suspenso a la espera que la crisis ocasionada por la pandemia se supere. La realidad que espera a los alcaldes será totalmente diferente a la que habían prometido en su afán por ser elegidos. Para los consultados por el DIARIO DE TULUA, luego que concluya la pandemia habrá otra dinámica social, administrativa y económica. Algunos le darán mayor valor a la familia; las relaciones interpersonales no serán las mismas; los procesos digitales, entre ellos, el pago en línea, el estudio virtual y el teletrabajo adquirirán dimensiones transcendentales, y la recuperación de la recesiva economía, en medio del maltratado comercio e industria y la casi desaparecida pequeña empresa, empezará a avanzar lentamente. La ocupación laboral, será la más golpeada. Pero, especialmente, comienza una etapa de la vida en la que la prevención encabezará el decálogo del comportamiento humano.