Tomando Café #19 Despenalización del, o al aborto; consecuencia de una embriaguez

Fui un ser muy católico y demasiado religioso hasta que la misma Iglesia me abriera los ojos y recibiera algo de fe para dejar de ser un religioso y entrar en el universo de la espiritualidad.

No se puede ser espiritual pretendiendo caminar elevado del piso. La espiritualidad en nosotros tiene sentido precisamente por nuestra condición carnal, terrena. No es negar, no es dejar de vivir y de no disfrutar de lo que el mundo ofrece, se trata es de la forma como se vive. Ejemplo: el mejor vino se entregó en Canaán. Jesús no les negó el derecho a estar alegres.

Otros:

 Proverbios 31:6
Dad bebida fuerte al que está pereciendo, y vino a los amargados de alma.

Eclesiastés 9:7
Vete, come tu pan con gozo, y bebe tu vino con corazón alegre, porque Dios ya ha aprobado tus obras.

Las obras son los frutos, la semilla es la fe y el árbol; el árbol con cerebro y movimiento al que se le debe buena administración; nosotros los humanos.

Tres de los diez mandamientos son universales, estos son: no matarás, no robarás y no mentirás.

Efesios 5:18
Y no os embriaguéis con vino, …

—Y otro dice: Tomad el vino a tono de fiesta.

El problema o el pecado no es ni siquiera la borrachera, el problema son las consecuencias por estar embriagados y entonces pueda ocurrir un asesinato, una violación, etcétera. ¡Ah! Claro, y de pronto un aborto.

Leamos esta carta que encontré en El País de España, que siendo del año1981, es hoy muy actual.

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De El país, de españa.

CARTAS AL DIRECTOR

El aborto y la Biblia

CARTAS AL DIRECTOR

Madrid. – 06 AGO 1981-00:00 CEST

Leo en EL PAIS del 22 de julio un artículo firmado por Reyes Mate y Manuel Toharia sobre el aborto, del cual me llamó la atención esta afirmación:

«La Biblia no condena claramente el aborto, a pesar de ser una práctica común”.

Suponer que este es el punto de vista de la Biblia respecto al aborto revela una total ignorancia de las Escrituras por parte de los autores de dicho artículo. La fecundidad es, desde el primer capítulo del Génesis y a lo largo del Antiguo Testamento, una prueba inequívoca de la bendición de Dios sobre la mujer y la familia.

«Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyes la voz del Señor tu Dios… Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra … » (Dt. 28.24).

La esterilidad, por el contrario, se considera una maldición o un castigo:

 «La gloria de Efraín volará cual ave, de modo que no habrá nacimientos, ni embarazos, ni concepciones» (Os. 9.11).

La fecundidad es vista así no sólo en Israel, sino en los demás pueblos del Oriente antiguo, una de cuyas divinidades más populares en esas naciones era Astarté, la diosa de la fertilidad. Aun en el mundo grecorromano, en tiempos del Nuevo Testamento, se adoraba a Diana o Artemisa, a quien se consideraba la diosa protectora de las embarazadas y las jóvenes casaderas.

En el libro del profeta Oseas leemos esto: «Dales, oh Señor, lo que les has de dar; dales matriz que aborte y pechos enjutos» (Os. 9.14). Esta es la imprecación que el profeta lanza sobre el pueblo rebelde a Dios. Y en el libro del Éxodo: « Mas al Señor vuestro Dios serviréis, y El bendecirá tu pan y tus aguas, y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra…» (Ex. 23.25,26).

El aborto por causas naturales es tratado, pues, como un castigo de parte de Dios: entonces el aborto provocado ni siquiera cabe en la mentalidad de los hombres que escribieron la Biblia, pues sería un absurdo que alguien deseara para sí lo que era tenido por maldición.

El texto bíblico que mencionan los autores del artículo para afirmar su tesis es un aborto provocado por un accidente: una pelea entre algunos, quizá entre clanes familiares, y de resultas de la reyerta una mujer embarazada es herida. El texto de la Biblia de Jerusalén dice así: «Si unos hombres en el curso de una riña dan un golpe a una mujer encinta y provocan el parto sin más daño, el culpable será multado conforme a lo que imponga el marido y mediante arbitrio. Pero si resulta daño darás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente…» (Ex. 21.23-25)./

Pues para seguir opinando digo que un embarazo de veinticuatro semanas cumple seis meses, y el individuo está próximo a ser un sietemesino, que incluso puede desarrollarse normalmente en sociedad. Actualmente y desde tiempo atrás, la medicina ha podido resolver problemas respiratorios y otros asuntos.

Otra cosa: habiendo posibilidades legales para dar en adopción, creo que un embarazo de 24 semanas o menos, puede esperar a que se de a luz para entregar a quienes califiquen de poder recibir el beneficio de adoptar y asunto solucionado para padres o madres que no desean criar; y solución permitida también para el ser que nace, pues podrá acceder a una crianza responsable.

No hay duda de que hay otros aspectos en los seres humanos que produce ebriedad y este no es el vino.

“Que no se convierta el aborto en un método anticonceptivo» frase del señor presidente de Colombia, Iván Duque Márquez.