Por: Marcial Blandón
En cada alcaldía o gobernación del país, no solo los mandatarios comienzan a mover sus estructuras para permitir que quien lo suceda en el cargo, sea afín a su proyecto político-administrativo, sino que se convierta en el continuador de su obra de gobierno y en muchos casos el cuidador de sus espaldas. En Tuluá, el abogado John Jairo Gómez Aguirre, que llegó al cargo con el apoyo de varias fuerzas políticas y el aval del partido de la U, debe estar haciendo sus propias cábalas de quien sería su sucesor.
Quien ya está en contacto con la comunidad representado la línea del actual alcalde es el abogado Llener Darío Borja Mafla. Una vez renunció al cargo de gerente de Infituluá, dio inicio al contacto con la sociedad tulueña con la tranquilidad de haber dejado a un amigo personal como lo es Denny Osorio Villada, en la dirección del Instituto que dirigió hasta hace poco y contar con “oxígeno” oficial para sostener una candidatura de esa envergadura.
Aunque se había especulado que el coronel (r) Jorge Alexander Gallego Chávez, secretario de Gobierno municipal, renunciaría al cargo una vez culminaran las ferias de Tuluá, a la fecha no ha tomado la decisión. En algunos sectores políticos de la ciudad aseguran que en mala hora lo haría cuando las críticas a la situación de orden público por la que atraviesa el municipio llegan desde todos los sectores y ahora la crítica se hace desde la gran prensa nacional.
Expertos en materia política coinciden en que si Jorge Gallego, decide lanzarse como precandidato cargaría sobre sus hombros con una estigmatización difícil de desprender, por lo menos, por ahora por el tema de seguridad que está bajo su responsabilidad y que según analistas del acontecer diario las cifras sobre la alta criminalidad no lo acompañan. En el sonajero se han mencionado los nombres de Eliana Andrea Bedoya Bueno, secretaria de Hacienda; Francisco Ossa, director de las TIC; Edilberto Alarcón, director de Planeación y John Fredy López, director de la casa de la Cultura que podrían abandonar sus cargos para buscar la nominación de este sector para la alcaldía.
Es poco probable que se presente una desbanda de funcionarios de primer nivel en el gobierno “De la gente para la gente”, que busque recibir la bendición del burgomaestre para que lo sucedan en el cargo; lo que si no se puede descartar es que desde el edificio de la 25 con 25, jueguen con un As bajo la manga en el evento que la precandidatura de Llener Borja, no se consolide y no alcance los réditos para enfrentarlo al candidato del partido de la U, bien sea en el mecanismo que se escoja para seleccionar candidato único de la alianza política que gobierna a la ciudad o llevarlo hasta el final del domingo 29 de octubre para derrotar al partido de la Unidad por la gente.
O que finalmente el secretario de Gobierno Jorge Gallego, no decida arriesgarse a dejar el cargo por el mal momento que vive la ciudad en materia de seguridad ciudadana o que haciéndolo no encuentre su nombre favorabilidad en el gusto de la ciudadanía por la factura de cobro que podrían hacerle y se arriesgue la continuidad del proyecto político que encarna la gente de “Tuluá Líder”. En ese escenario no se podría descartar la posible aspiración de un tercero que estaría en ese abanico de funcionarios y que definan separarlo del cargo para asumir el reto.
Si esa fuera la alternativa, entre Eliana Bedoya, Francisco Ossa, Edilberto Alarcón y John Fredy López, podría surgir un tercero que buscaría la nominación para alcanzar la sucesión del gobierno del actual mandatario, que tendría que reunir entre otros requisitos el conocimiento de la administración en todos sus niveles, no solo el del despacho que tiene a su cargo, los méritos en el ejercicio de sus funciones y el carisma para convertirlo en un producto simpático ante el electorado tulueño.
En el sector privado o por fuera de su gabinete, incluso, dentro de la misma clase política cercana al alcalde John Jairo Gómez Aguirre, no se vislumbra otro nombre para entregarle la posta de su sucesión, a menos que lo tenga de dientes para adentro. En dos meses largos se debe definir si renuncia otro miembro de su gabinete. También se definirá si el coronel (r) Jorge Gallego, decide lanzarse al agua o se juega la carta hasta el final con su leal amigo Llener Borja. El tiempo apremia.
De los últimos tres alcaldes que ha tenido Tuluá, es John Jairo Gómez Aguirre, el de mayor olfato político. Sabe cómo moverse en el ajedrez electoral; cada que mueve una ficha, ya tiene trazada las siguientes jugadas. De como mueva las fichas depende el final de la partida. Conservar la alianza con el partido de la U, es prenda de garantía para conservar el poder e imponer el candidato es la meta.