Dardos políticos en tiempo de coronavirus

Por: Marcial Blandón

Con una profunda división en la dirección nacional del partido se cumplió la asamblea de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común FARC, o partido de la Rosa, en la que se tomaron varias decisiones siendo la más importante el cambio de nombre de la colectividad política.

Aspecto de la reciente asamblea de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común FARC

La sigla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) con las que combatieron por más de cincuenta año al Estado colombiano, denominación  con la que del monte pasaron a la plaza pública, les ha generado rechazo en la gran mayoría de los Colombianos, lo que se ve reflejado en los pobres resultados electorales que alcanzó la organización política en las elecciones del 27 de Octubre de 2019.

«El Partido de los Comunes», nombre que adoptó la asamblea nacional al extinto partido de la Rosa, los acerca más a la comunidad y ha sectores sociales y de izquierda que se identifican con la lucha política del otrora partido de las Farc, se abre la puerta para que franjas como la de jóvenes progresistas militen en las filas del nuevo partido. La estigmatización de las Farc, como grupo rebelde alejó muchos simpatizantes que sin haber ejercido la lucha armada si comulgaban con sus ideales, pero que veían como un obstáculo el ingreso a la colectividad por el repudio social que generaba el nombre de las Farc.

Ahora serán muchos los sectores alternativos, líderes sociales, defensores de derechos humano, jóvenes progresistas que pretenden ingresar al nuevo partido «De los Comunes», colectividad que cuenta con el liderazgo en Tuluá del líder campesino y comunal Alonso Valencia, ex-candidato al Concejo Municipal por esa colectividad y seguro directivo del partido que espera en la contienda electoral de 2023, por lo menos alcanzar un escaño en el cabildo local.

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Preocupante la situación por la que atraviesan los vendedores de productos perecederos trasladados por el gobierno del ex-alcalde Gustavo Vélez, a las instalaciones del Mercaplaza y que pese a todas las dificultades generadas por Covid-19, persisten en mantenerse en sus respectivos locales.

La competencia desleal que ejercen los vendedores ambulantes que ubican carretas frente a las instalaciones del Mercaplaza y el nulo control por parte de las autoridades competentes, los tienen seriamente pensando en regresar a las calles que ocuparon durante muchos años.

Merca Plaza Tuluá

Voceros de este gremio han anunciado que en los próximos días si persiste la ocupación de los frentes de sus locales y la administración municipal no toma cartas en el asunto a través de los gestores de convivencia ciudadana para ejercer control y vigilancia se verán abocados en desbandada a abandonar sus locales y competir de tú a tú con los vendedores ambulantes que hace rato les están copando su espacio. ¡Queda notificado el gobierno local de lo que se ve venir con estos comerciantes que ingresaron a la formalidad!

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El reciente homicidio de John Jairo Lenis, ciudadano en condición de calle, al parecer a manos de otra persona de las mismas características por arma blanca,  a la orilla del río Tuluá, entre la carrera 30 con calle 25 en inmediaciones al barrio Villanueva, es un campanazo de alerta para las autoridades locales.

Las disputas en ese sector entre la población en condición de calle son permanentes, en muchas ocasiones con arma blanca, como la que se dio en la que le costó la vida a John J. Lenis, su condición y el consumo de sustancias alucinógenas entre otras problemáticas sociales, hacen que las autoridades locales presten mayor atención. La pandemia del Covid-19, ha incrementado el número de habitantes de calle, a través de la Secretaria de Bienestar Social, se debe articular una presencia más efectiva del Estado para prevenir esta clase de hechos que le pueden seguir costando la vida a muchos seres humanos que han escogido la calle para habitar diariamente.

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La nueva disposición del Gobierno nacional de exigir el uso de casco a los conductores de motocicletas con nuevas especificaciones técnicas ha generado malestar entre la comunidad que tiene como medio de transporte esta clase de vehículos.

Aunque un buen número de motociclistas acata la norma y usa el nuevo casco reglamentario, aún son muchos los conductores que se resisten a su uso, bien por no acatar la norma o por la escasez de recursos económicos. Lo cierto es que la medida cae en bandeja de plata a los agentes de movilidad que tienen un nuevo motivo para impartir órdenes de comparendo a diestra y siniestra. ¿O será también motivo para ver en los próximos días protestas de los transportadores informales, con los consabidos cierres de vía?

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