La Diócesis de Buga, ubicada en el centro del Departamento del Valle del Cauca, ha emitido un decreto que regula la inhumación de cenizas de restos mortales en sus parroquias. La medida, tomada bajo la dirección del obispo Alexander Matiz Atencio, afecta a los diez municipios que conforman la diócesis: Buga, Guacarí, San Pedro, Tuluá, Riofrío, Trujillo, Andalucía, Bugalagrande, Sevilla y Caicedonia.
La decisión de prohibir la construcción de nuevos osarios, columbarios y cenizarios se fundamenta en la necesidad de preservar el carácter sagrado de los templos y evitar que estos lugares de culto sean utilizados como espacios de inhumación de cenizas. La Diócesis busca garantizar que los templos sigan cumpliendo su propósito litúrgico y pastoral sin desvirtuar su función espiritual.
El decreto establece que las cenizas de restos mortales deben ser sepultadas únicamente en cementerios católicos dentro del territorio diocesano, restringiendo así la inhumación en otros espacios no autorizados. Sin embargo, se han contemplado excepciones para la Basílica Menor del Señor de los Milagros en Buga y la Capilla de los Servicios Funerarios de la Diócesis, donde sí se permitirá la inhumación de cenizas.
Asimismo, la Diócesis insta a los párrocos a promover una mayor valoración del cementerio como el lugar adecuado de sepultura. Esto implica impulsar una adecuada preparación litúrgica y catequética sobre el respeto y la dignidad de los cuerpos y cenizas de los difuntos, en consonancia con la fe cristiana en la muerte y resurrección.
Entre los principales propósitos de la normativa se encuentran la preservación del carácter sagrado de los templos y capillas, así como la promoción de una comprensión más profunda de la muerte y la resurrección según la doctrina cristiana.
Con esta nueva reglamentación, la Diócesis de Buga reafirma su compromiso con la tradición y el respeto por los espacios de culto, asegurando que la inhumación de cenizas se realice conforme a los principios de la fe católica.