Por: Marcial Blandón
Grave, muy grave la situación de orden público por la que atraviesa la ciudad tanto en el casco urbano como en el sector rural. El homicidio de varias personas en la alta montaña, incluyendo el asesinato de dos menores de edad y la impotencia de las autoridades incapaces de garantizar el desplazamiento de la Policía judicial e investigadores del Cuerpo Técnico de Investigación CTI, de la Fiscalía para adelantar el levantamiento de los cuerpos es la más clara demostración que el tema de seguridad y orden público en el municipio está al garete.
Los sistemáticos homicidios en el casco urbano, donde una de las víctimas mortales es un reconocido comerciante en el sector avícola del municipio, conduce que su homicidio pudo darse por el surgimiento del mal llamado “Cartel del huevo”, que cobra una nueva víctima, aunado al ciclo de extorsiones de las que son objeto los comerciantes de este ramo.
Las autoridades civiles, la fuerza pública y los órganos de inteligencia en la Villa de Céspedes, están distantes de garantizar a los ciudadanos el precepto constitucional de preservar la vida, honra y bienes de la comunidad. Los responsables de manejar el tema de seguridad, orden público y convivencia ciudadana, lejos perdieron la tarea, su incapacidad para salvaguardarlos está a flor de piel, ni en la época más violenta cuando a la ciudad la sacudió los embates del narcotráfico existía una percepción de inseguridad como la que se siente hoy en día en el municipio. Lo delicado del asunto es que no se vislumbran soluciones a la vista.
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Se cumplieron 20 años del vil asesinato en cautiverio de once diputados del Valle del Cauca por la extinta guerrilla de las Farc, incluyendo dos promisorias figuras tulueñas, que hace dos décadas comenzaban a descollar con éxito en el pentagrama de la política regional. Edison Pérez Núñez y Francisco Javier Giraldo, el primero secretario de Hacienda municipal en el gobierno del licenciado Ramiro Devia Criollo (q.d.e.p) y el segundo, hijo de Ramón Elías Giraldo, dirigente Liberal y de grata recordación en su paso por la secretaría de Educación departamental.
Edison Núñez, criado en el populoso sector de la avenida Cali, dio una lucha sin cuartel para demostrar jurídicamente la manera en que se roban en muchos casos las elecciones en Colombia. En un tortuoso camino jurídico logró señalar la manera en que le habían arrebatado varios votos en el corregimiento El Tigre, en Buenaventura; una vez validados, permitió que la Registraduría del Estado Civil, le otorgara la credencial que lo reconocía como diputado del Valle. Credencial que a la postre le costaría la vida por el secuestro del que fue objeto por la guerrilla de las Farc. 20 años del cruel asesinato de dos promisorias figuras de la política tulueña, fecha que pasó inadvertida por las autoridades locales.
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Tuluá, ha contado con relevantes figuras en el sector público que con el paso de los años se han venido opacando y de a poco se diluyen de la retina de la ciudadanía. El abogado Henry Escobar Holguín, secretario de Gobierno en la administración del alcalde Carlos Alberto Potes Roldán, y Concejal en el período de gobierno de Ramiro Devia Criollo (q.d.e.p), en la lista más votada del partido Liberal, cuando encabezó el “Frente Regional”, que tuvo una significativa presencia de cabildantes de ese sector político.
Magnífico orador, estudioso de los temas edilicios, juicioso en su labor proselitista, posteriormente impulsó las candidaturas al cabildo local de Elizabeth Garrido, hasta candidatizarse nuevamente al Concejo municipal por el partido Autoridades Indígenas de Colombia, Aico, en las elecciones de 2015. Por estos días dedicado al ejercicio de su profesión como abogado y ligado a las costumbres de la galería central, en la herencia ancestral de su señora madre, Escobar Holguín, pasa su existencia sin descartar su presencia activa en las elecciones de 2023.
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Estuvo en el hemiciclo del Concejo municipal el administrador de Empresas Denny Osorio Villada, gerente (e) del Instituto de Financiamiento, Promoción y Desarrollo de Tuluá, Infituluá, entregando el balance de gestión de la entidad vigencia 2021. La sesión de control político sirvió para demostrar el liderazgo y conocimiento que en esta materia posee el exsecretario de Hacienda del Valle del Cauca. Osorio Villada, que ha manejado un perfil bajo en el gobierno “De la gente para la gente”, fue vital en la elección del alcalde de los tulueños John Jairo Gómez Aguirre.
Al lado de Llener Darío Borja y Alexander Agudelo, Denny Osorio, conformó un trío de Concejales, que en su momento minaron el gobierno del “Cambio”; sus arremetidas desde sus escaños, evidenciaron las falencias del gobierno de turno que a la postre le trajo un gran desgaste a la administración del alcalde Gustavo Vélez. Asimilada la derrota electoral en el 2015, Osorio Villada, fue un gran articulador para consolidar las adhesiones de la clase política que, en el 2019, permitieron el triunfo de John Jairo Gómez Aguirre, como alcalde de Tuluá.