Realizado por: Arcesio Salazar Ramírez.
¿Qué sucede con la escena y su realidad universal? Hay que reinventarnos como sociedad, dicen, cuando ya estábamos en un asilamiento presencial, hiperconectados, alejados de todo para ver extrañas historias con múltiples cargas emocionales en las diversas ventanas virtuales entre el chat y las selfies como extraños monólogos.
¿Qué sucede con la escena y su realidad universal? Hoy nos encontramos sin contacto físico, como una historia extraída de la ficción, una historia de las carreras de la sobrevivencia para volver a entender el amor y las urgencias del encuentro.
¿Qué sucede con la escena y su realidad universal? Desde antes de Moisés y de otras épocas, tenemos cuentos de nefastos momentos para la humanidad, donde todos, como lo han dicho los grandes dramaturgos en distintas palabras, somos actores que nos negamos a salir del Nudo del relato.
Hoy la escena es idéntica al temor por la muerte y también al temor de volver a pensar en “Ser o no ser” tras la búsqueda en google y no encontrar respuesta ¿Qué música nos armoniza con la sensación de esperanza en esta coyuntura mundial? ¿Qué luz nos encuadra este hipertexto en que se encuentra la humanidad? ¿estamos sin vestuario, ni maquillaje ante los miedos colectivos?
Si no es por el teatro, hermoso arte casi ritual hoy hecho técnicamente un oficio, donde nos hemos permitido asumir como representación a la vida y sus movimientos de realidades sin ficción, sino es por esa magia, en el mundo no estaríamos tranquilos en casa, asumiendo cada frase, cada noticia, cada drama que nos toca desde la virtualidad, como si estuvieran delineados por la más fina pluma dramatúrgica, lo que vivimos en estos días, y podríamos darle nombre de acto de alguna divinidad o conspiración de alguna empresa de la información, queremos permitirnos la exploración de los sentidos, sin embargo y en silencio, el final concreto lo tendrá siempre el tiempo con la búsqueda del aplauso que esperamos para continuar esta vida.
Hoy, en el aprendizaje, lograremos ser más humanos, mejor dispuestos a la escena cotidiana y de mayor responsabilidad, sin el sentido Darwiniano, seremos mejores historias, tenemos la única oportunidad que, como meros actores, decía Shakespeare, podemos reescribir una nueva escena universal.
*En memoria del Maestro Santiago García que se fue con el secreto para hacer del teatro una nueva casa en ésta suerte de entremés que nos ha tocado vivir.