Alma arrebatada
Un alma que fue arrebatada, si; así ocurrió. Ya verán por qué lo digo.
Rigoberto fue una persona normal, buena, pero pagana; él, rodeado de mucha oración, de ella no
estaba muy enterado y cuando lo supo, ya había enfermado.
Su familia tuvo tropiezos al querer encontrar a un presbítero, pero luego de unos días, sucedió el
milagro; allí adentro del hospital estaba el sacerdote Cesar, párroco de San Bartolomé de *Tuluá, y
al pedido que le hicieron, aceptó visitar a Rigoberto quien recibió a tiempo, el sacramento de los
sagrados óleos y fue atendido en confesión.
Su alma entonces fue arrebatada por Dios de las manos del mundo y de la carne, de lo pagano;
Dios le evitó cualquier mal pensamiento sumiéndolo en una total inconsciencia para luego de un
tiempo, salvarlo; su cuerpo volvió a la tierra y su alma al cielo. –Polvo eres y en polvo te
convertirás. Gn3, 19
Siempre hay oportunidad para aceptar los errores y confesarlos; siempre tengamos en cuenta a los
psicólogos de Dios (Los presbíteros) para consultarlos cuando estemos en crisis.
Carlos Arturo Mejía Posada
18 de septiembre del 2023, un día después de su fallecimiento.
Dedicado a su familia y a quien desee meditar sobre el asunto.
Ciudad, Valle del Caucásica, Colombia.