Mi abuela me lo decía

Tomando café #2

Cuánto tiempo atrás, es como si fuese hoy.

Lo qué recomienda con afán y rigurosidad la O. M. S. No es más que aquella recomendación de abuela cuando mandaba: mijo, lávate las manos. Sin duda tocaste barras de buses o pasamanos en alguna grada. Si te vas a sentar a la mesa, lávalas.

La abuela cubría nariz y boca con un pañuelo doblado en triángulo,  así obtenía forma de amarrárselo a la nuca. Lo hizo siempre cuando barría o cuando sentada en su silla de bejuco y mimbre, fabricaba colchas de retazos y enredando lanas con capotera sobre costales de fique, terminaba sus tapetes.

Hoy, los que seguramente son bisnietos o tataranietos, muchos no lo han comprendido, entendido ni atendido. Rebeldes desobedecen reglas naturales.

Actualmente, muchos padres no tienen control de lo que sus hijos hacen, la causa, haber perdido el don de autoridad.  La autoridad  se pierde ante los hijos por causa de sentir culpa, la culpa impide ejercer autoridad. ¿Cómo así? Culpa por el ejemplo errado que se da.

Si señor, la abuela supo protegerse del polvo, tuvo sentido común.