La historia es la siguiente: me di cuenta de lo sucedido sólo cuando activé el celular y vi los mensajes.
–Qué como me había ido
–Qué si sentí miedo
–Qué que hice, bla, bla
Bueno, pues lo mismo, pregunté a mis allegados como les había ido con el asunto ese y luego de obtener respuestas, me llegó el audio de mi hijo David.
“Pues papi, mira que no lo sentí, de hecho me despertó pero, yo pensé que era un sueño y seguí durmiendo.
Yo le escribí: acabas de echar un cuento… lo transcribiré, sonó perfecto.
Esa madrugada había temblado.